Hablar de los jardines en el antiguo imperio persa, es hablar de una de las siete maravillas del mundo antiguo y que no perduran en la actualidad. Los jardines colgantes de Babilonia.

Babilonia (Actual Bagdag), era una de las capitales de uno de los imperios con mayor poder y extensión de la historia de la humanidad, el imperio Persa, que abarcaba desde la actual Turquía hasta la India.

Estos jardines antiguos lo situamos dentro de la civilización de Mesopotamia.

La creación de los jardines colgantes se remonta al emperador Nabucodonosor II (605 – 562 A.C.). El emperador estaba casado con una joven noble originaria de la zona montañosa de Samarcanda (actual Uzbekistán).

Al mudarse a la capital persa, la joven añoraba profundamente las montañas de su infancia y que no se encontraban en las extensas llanuras entre los ríos Tigris y Éufrates de Babilonia, y como dicen las escrituras:

El hizo alzar unas grandes terrazas de piedra, les dio el aspecto de montañas y las cultivó, plantando en ellas árboles de toda especie y dispuso lo que se llama parque colgante, porque su esposa criada en el país medo, echaba de menos los lugares montañosos.

Lo realmente fascinante de los jardines colgantes de Babilonia, no es solo el hecho de levantar una montaña de piedra artificial ajardinada, sino la gran obra de ingeniería hidráulica necesaria para poder regar el jardín, ya que en aquella época, no existían bombas de agua como las actuales que pudieran elevar el agua en altura, sino que el sistema utilizado era mediante molinos, que subían el agua de un nivel a otro accionados mediante animales de tiro o personas.

La herencia de los jardines de Mesopotamia

hisEs una lástima que no quede absolutamente nada de aquella infraestructura hoy en día, al igual que sucede con muchas otras maravillas del mundo antiguo, sin embargo se han hecho innumerables recreaciones de cómo podían haber sido esos jardines.

Una de ellas aparece en la película Alejandro Magno de Oliver Stone (2004), cuando el emperador Alejandro entra triunfal en Babilonia después de derrotar al emperador Persa Darío III.

Como curiosidad decir, que el sauce llorón que todos conocemos, hereda parte de su nombre botánico de esta maravilla del mundo antiguo (Salix babylonica L.), ya que su porte péndulo recuerda a cómo podían haber sido estos jardines, con plantas que se precipitasen hacia abajo, colgando sobre grandes terrazas de piedra.