Las civilizaciones dominantes en la Edad Antigua dejaron su impronta en la jardinería y el paisajismo con un claro sello de identidad.
Paralelamente a los que hemos visto en los artículos anteriores de los jardines de Egipto y los jardines de Persia, la Edad Antigua en Europa y el mediterráneo nos deja pocas referencias en cuanto a la dominación griega, con el gran Alejandro Magno como máximo exponente, y posteriormente la del Imperio Romano de la que tenemos algún dato más, fruto de las excavaciones arqueológicas.
Todo el mundo conoce lo que supuso dentro de la historia de la humanidad el Imperio Romano, que abarca una época muy amplia desde su fundación en el año 27 a.C hasta su caída en el 476 d.C.
Desde su lengua el latín, de la cual derivan muchos de los idiomas actuales, su arquitectura y arte ha sido modelo de inspiración para muchos movimientos culturales y artísticos de la historia, como fue el Renacimiento y tambén otras aportaciones tanto culturales como de costumbres, que perduran aún hoy en nuestros días.
La jardinería y el paisajismo en la Roma Clásica
A nivel de jardinería y paisajismo, que es el objeto de este artículo, cabe de antemano citar que hay muy pocas referencias de como eran los jardines romanos.
Hablamos de tener datos de productos orgánicos de lugares construidos hace siglos, donde sus monumentos si han perdurado, no así sus plantaciones.
Igualmente los textos escritos, escasos que conocemos en la actualidad, no hacen casi referencia al mundo de la decoración o el paisajismo, si en cambio a la cultura de la agricultura como medio de subsistencia.
Lo que coinciden todos los expertos es que sus antecedentes procedían de los jardines de Grecia por el vínculo cultural tan estrecho entre ambas civilizaciones, y de los cuales aún por mayor lejanía temporal se tienen menos referencias aún.
No podemos saber con exactitud cómo era el jardín típico en el Imperio romano, pero sí donde estaba situado dentro de la casa y cual era el entorno de este jardín, diferenciando entre jardines dentro de la Urbe y Villas campestres.
- En las Viviendas de la Urbe, aparecen de manera habitual patios peristilados los cuales se conservan muchos en bastante buen estado como por ejemplo en Mérida, una de las ciudades más importantes dentro del Imperio romano en Hispania (Así denominaban ellos a la península Ibérica) y que es muy recomendable visitar por la cantidad de restos arqueológicos del paso de la civilización romana. Estos patios dentro de la propia casa eran espacios abiertos al cielo y rodeados de columnas donde había fuentes, esculturas, láminas de agua y en algunos casos suelos con mosaicos y como no, es de suponer, que también hubiera zonas con vegetación ornamental.
- En el caso de las Villas Campestres a las afueras de las ciudades, aparecían alineaciones de cipreses y árboles frutales como olivos que enmarcaban las villas integrando el mundo agrícola con estas, incluso con propios huertos integrados dentro de los jardines, elementos éstos necesarios para el autoconsumo en lugares donde el mercado estaba a larga distancia. Un ejemplo de estas villas campestres se puede ver recreada en la película de Ridley Scott “Gladiator” sobre el minuto 40 de película cuando el General Máximo vuelve a su casa, una Villa en un entorno rural.
En futuras entras del blog, de la temática de la jardinería en la historia, intentaremos ahondar más en el proceso de diseño y planificación que otras civilizaciones más actuales, si dejaron constancia de ello o bien son más cercanas en el tiempo y poseemos documentos escritos.
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